Por Roberto Costa Senador de la Pcia. De Bs. As.(M.C)
Cuando apenas pasaron poco más de 50 días de la asunción del nuevo gobierno, el egoísmo y las equivocaciones, nos dejaron con un resultado incierto. Una vez más no se pudo encontrar la salida a una ley importante.
Después de largos años de desencuentros y errores y, cuando lo que realmente importa es el bienestar de la ciudadanía y la recuperación de la Argentina, es verdaderamente increíble que no podamos ponernos de acuerdo en lo esencial. No es cierto que la delegación de facultades del Poder Legislativo al Poder Ejecutivo habilite automáticamente el despotismo.
En este sentido, un gobierno con 38 diputados y 7 senadores propios en el Congreso puede ser corregido en caso de abuso, sólo con la mayoría en cada Cámara, así como también puede rechazar un veto en caso de que el Poder Ejecutivo lo realice.
Lo que se pudo ver durante el desarrollo de la discusión de la Ley Ómnibus, fue un intercambio entre oficialistas, aliados, y opositores, limitado casi a una disputa de egos, buscando ganadores y perdedores en el tratamiento de un proyecto, con el que el Gobierno pretendía sentar las bases para un país diferente.
El camino de los pueblos que avanzan, siempre fue el del consenso, de los acuerdos con mayorías parlamentarias duraderas, que puedan generar en el tiempo la seguridad jurídica que muchos aquí, esperan, reclaman y necesitan.
“Javier Milei es nuestro presidente, con ideas, programas y políticas votadas por la mayoría y, aunque no todos los argentinos lo hayamos votado, nadie puede desear que fracase“.
Y aunque muchos no estemos de acuerdo con todas sus medidas, nuestro país y su gente ya no pueden esperar, no es tiempo de egoísmos, no es ganar o perder.
Estamos ante una gran oportunidad. El cambio es imprescindible, pero debe poder sostenerse en el tiempo y esto solo es posible si surge del acuerdo mayoritario de los argentinos expresado en el Congreso. Se debe convocar a los líderes de los diferentes sectores políticos comprometidos con el país. La herramienta es el acuerdo enmarcado en el respeto irrestricto a la Constitución Nacional. Debemos cambiar para siempre y no por el tiempo que dure una gestión.
Es imperativo bajar la inflación, garantizar el equilibrio fiscal y una mayor seguridad personal y cotidiana. La ciudadanía y la mayoría de la dirigencia política así lo entienden.
Más tarde, cuando estos objetivos se hayan alcanzado, será el tiempo de pensar en próximas elecciones, reforma política y electoral, y otros temas de los que mucho se habla y poco se ha hecho. El diputado Miguel Pichetto les tiró un centro, había que empujarla de cualquier manera, menos con las manos, para que fuera gol. Pero una equivocada jugada desvió la pelota.
Parafraseando al Diputado, los argentinos queremos ganar y eso nos incluye a todos. Señor presidente, reacomode el equipo y ponga la pelota nuevamente en juego.
Nadie es ni puede sentirse el dueño de la verdad. Trabajemos para que todas las verdades o razones se puedan conjugar en mejores leyes, y grandes cambios.
Es nuestra casa, es nuestra Patria, seamos patriotas.